Técnica de pintura del cabello
La pintura del cabello es una técnica muy orgánica y visual en la que el estilista personaliza la colocación del color para realzar los rasgos faciales del cliente y el color y la textura naturales del cabello. Las tres técnicas más populares hoy en día son la pintura a mano alzada, el balayage y el ombré. A veces, clientes y estilistas utilizan estos términos indistintamente, pero cada uno tiene su propio proceso de aplicación y puede realizarse solo o combinado con otras técnicas para obtener un resultado realmente único.
Todas estas técnicas de pintura del cabello te proporcionarán un look vivo que requiere un mantenimiento mínimo, pero cada una de ellas requiere una habilidad específica y una comprensión más profunda de los resultados deseados. Antes de que puedas seleccionar el procedimiento correcto para tu cliente, vamos a profundizar un poco más en cada técnica.
Con la pintura clásica a mano alzada, se saturan trozos estratégicos de cabello con color o aclarante para dar un toque de contraste. Es una alternativa más orgánica a las láminas, ya que el producto se coloca mientras el cabello está en su caída natural.
Cabello escarchado
No hay duda de que cuando se trata de lucir un aspecto natural sin esfuerzo, los franceses son expertos reconocidos. Su look fresco y perfectamente imperfecto es codiciado por los aficionados al estilo de todo el mundo, pero cualquiera que haya probado esta marca “involuntaria” de elegancia también sabrá que es cualquier cosa menos fácil de emular. Hay que trabajar mucho para parecer que te acabas de levantar así (a no ser que te hayas criado aprendiendo a serlo), y esto es especialmente cierto en lo que se refiere al pelo.
“El palming es una técnica que consiste en extender el tinte con las manos y sólo con las manos (sin herramientas como cepillos o peines)”, explica Veríssimo. Va un paso más allá que el balayage, ya que no sigue ningún patrón ni estructura, lo que ayuda a evitar las líneas duras y las rayas que suelen aparecer con las herramientas de mechas. En su lugar, el color se aplica a mano alzada en grandes secciones de cabello y no demasiado cerca de la raíz. Esto permite que el cabello virgen (también conocido como sin teñir), sobre todo alrededor de la línea del cabello, se muestre; mientras tanto, la sutil diferencia en el grosor de las mechas supuestamente da un aspecto mucho más suave y fluido.
Mechas para pintar el pelo
1884 – 1920. Nacido en Livorno (Italia), Modigliani pasó casi toda su breve pero influyente carrera en París. Comenzó como escultor, con Brancusi como maestro. Al estallar la Primera Guerra Mundial, Modigliani se dedicó a la pintura, influido por el arte de África y Oceanía. Los rostros planos y enmascarados de sus retratos, con ojos almendrados y rasgos alargados, son exclusivos de su estilo. Aunque confraternizó con los cubistas, los maestros del Art Déco, Toulouse-Lautrec e incluso Picasso, Modigliani se mantuvo independiente de cualquier movimiento. Su arte es verdaderamente único.
A principios del siglo XX, el pintor y escultor italiano Amedeo Modigliani (nacido el 12 de julio de 1884 y fallecido el 24 de enero de 1920) desarrolló en París un estilo único. Hoy sus elegantes retratos y exuberantes desnudos evocan a la vez su nombre, pero durante su breve carrera pocos, aparte de sus compañeros artistas, eran conscientes de sus dotes. Modigliani tuvo que luchar contra la pobreza y la mala salud crónica, muriendo de tuberculosis y excesos de bebida y drogas a los 35 años.
Pintura balayage
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